JUANA DE ARCO
(Juana de Arco en la coronación de Carlos VII de Francia. Lienzo de J. Auguste Dominique Ingres. Museo del Louvre).
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Las presuntas reliquias de santa Juana de Arco no son restos de la heroína francesa quemada en la hoguera en 1431, sino una falsificación realizada a partir de una momia egipcia, publica hoy la revista británica Nature.
Un equipo de científicos franceses al mando del doctor Philippe Charlier obtuvo en 2006 el permiso de la Iglesia francesa para investigar los restos de huesos y ropa que supuestamente pertenecieron a la Doncella de Orleans.
Tras someter las reliquias a complejos análisis biológicos, radiológicos, toxicológicos y de carbono 14 durante seis meses, los forenses concluyeron que los presuntos restos de la heroína francesa provienen de una momia egipcia de entre los siglos tercero y sexto antes de Cristo.
En la investigación también se utilizó el olfato de los perfumistas Sylvaine Delacourte y Jean Michel Duriez, de las perfumerías francesas Guerlain y Jean Patou, respectivamente, cuyas sensitivas narices revelaron que los restos olían a yeso quemado y a vainilla, lo que sugiere que se trató de una descomposición natural y no de un proceso de combustión.
"Podrías encontrar el olor a vainilla en un momia, pero no en los restos de alguien que murió en la hoguera", sostiene Charlier, cuyos análisis microscópico y químico también indican que no se trataba de huesos carbonizados.
Tras un proceso legal manipulado por los ingleses, a los que Juana de Arco combatió para expulsarlos de Francia, la guerrera de diecinueve años fue condenada a morir en la hoguera en Rouen (norte de Francia).
Aunque una leyenda asegura que los restos de la santa fueron arrojados al río Sena para que no quedara nada que sus partidarios pudieran venerar, otra versión apunta a que se recuperaron de entre los leños quemados restos de su cuerpo y sus pertenencias, que se han conservado hasta ahora en el arzobispado de Tours.
Bajo la descripción "Reliquias encontradas en la hoguera de Juana de Arco, doncella de Orleans", los supuestos restos de la heroína fueron descubiertos en 1867 en una jarra en una farmacia de París.
El recipiente contenía una costilla humana aparentemente carbonizada, restos que parecen ser madera quemada, un trozo de lino y el fémur de un gato, ligado a la práctica medieval de lanzar gatos negros a la hoguera de las mujeres quemadas por brujería.
Charlier, científico forense del hospital Raymond Poincaré de Garches, se mostró "atónito" con los resultados del análisis de las reliquias y explicó que nunca se le habría ocurrido pensar que perteneciesen a una momia.
El investigador atribuye la relación entre las supuestas reliquias de Juana de Arco y los restos funerarios de la época faraónica a que en la Edad Media algunos remedios medicinales utilizaban restos de momias egipcias.
Charlier, que en su estudio tuvo que afrontar la escasez de datos reales sobre Juana de Arco por la multitud de leyendas que pesan sobre ella, sostiene que el redescubrimiento de los supuestos restos en el siglo XIX coincidió con el periodo en que los historiadores franceses la erigieron en mito nacional.
Quemada el 29 de mayo de 1431, beatificada en 1909 y canonizada en 1920, Juana de Arco, nacida en una familia campesina, llegó a encabezar varias campañas militares francesas en la Guerra de los Cien Años, tras proclamar que se le habían aparecido ángeles y santos para transmitirle el mandato divino de expulsar de Francia a los ingleses. La Doncella de Orleans fue capturada en 1430 y juzgada al año siguiente por herejía y brujería por un tribunal eclesiástico que la condenó a la hoguera.
Un equipo de científicos franceses al mando del doctor Philippe Charlier obtuvo en 2006 el permiso de la Iglesia francesa para investigar los restos de huesos y ropa que supuestamente pertenecieron a la Doncella de Orleans.
Tras someter las reliquias a complejos análisis biológicos, radiológicos, toxicológicos y de carbono 14 durante seis meses, los forenses concluyeron que los presuntos restos de la heroína francesa provienen de una momia egipcia de entre los siglos tercero y sexto antes de Cristo.
En la investigación también se utilizó el olfato de los perfumistas Sylvaine Delacourte y Jean Michel Duriez, de las perfumerías francesas Guerlain y Jean Patou, respectivamente, cuyas sensitivas narices revelaron que los restos olían a yeso quemado y a vainilla, lo que sugiere que se trató de una descomposición natural y no de un proceso de combustión.
"Podrías encontrar el olor a vainilla en un momia, pero no en los restos de alguien que murió en la hoguera", sostiene Charlier, cuyos análisis microscópico y químico también indican que no se trataba de huesos carbonizados.
Tras un proceso legal manipulado por los ingleses, a los que Juana de Arco combatió para expulsarlos de Francia, la guerrera de diecinueve años fue condenada a morir en la hoguera en Rouen (norte de Francia).
Aunque una leyenda asegura que los restos de la santa fueron arrojados al río Sena para que no quedara nada que sus partidarios pudieran venerar, otra versión apunta a que se recuperaron de entre los leños quemados restos de su cuerpo y sus pertenencias, que se han conservado hasta ahora en el arzobispado de Tours.
Bajo la descripción "Reliquias encontradas en la hoguera de Juana de Arco, doncella de Orleans", los supuestos restos de la heroína fueron descubiertos en 1867 en una jarra en una farmacia de París.
El recipiente contenía una costilla humana aparentemente carbonizada, restos que parecen ser madera quemada, un trozo de lino y el fémur de un gato, ligado a la práctica medieval de lanzar gatos negros a la hoguera de las mujeres quemadas por brujería.
Charlier, científico forense del hospital Raymond Poincaré de Garches, se mostró "atónito" con los resultados del análisis de las reliquias y explicó que nunca se le habría ocurrido pensar que perteneciesen a una momia.
El investigador atribuye la relación entre las supuestas reliquias de Juana de Arco y los restos funerarios de la época faraónica a que en la Edad Media algunos remedios medicinales utilizaban restos de momias egipcias.
Charlier, que en su estudio tuvo que afrontar la escasez de datos reales sobre Juana de Arco por la multitud de leyendas que pesan sobre ella, sostiene que el redescubrimiento de los supuestos restos en el siglo XIX coincidió con el periodo en que los historiadores franceses la erigieron en mito nacional.
Quemada el 29 de mayo de 1431, beatificada en 1909 y canonizada en 1920, Juana de Arco, nacida en una familia campesina, llegó a encabezar varias campañas militares francesas en la Guerra de los Cien Años, tras proclamar que se le habían aparecido ángeles y santos para transmitirle el mandato divino de expulsar de Francia a los ingleses. La Doncella de Orleans fue capturada en 1430 y juzgada al año siguiente por herejía y brujería por un tribunal eclesiástico que la condenó a la hoguera.
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Fuente: EFE
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